jueves, 10 de enero de 2013

Capítulo 29 - So this is Christmas

-Narra Louise-
Navidad. Esa época del año en la que las familias se reunían y demostraban su amor. También era época de hacer regalos. Me acordaba de como de pequeña hacia la lista con todos los juguetes que quería y como mis padres se volvían locos buscándolos todos. Ahora era yo la que me volvía loca buscando los regalos que creía adecuados para todos. Había quedado en pasar la navidad en Hamburgo, aún que tenía algo de dinero ahorrado no quería gastarlo en eso. La calle principal estaba llena de gente, la mayoría cargada con bolsas. Los niños pequeños corrían de escaparate a escaparate y se apoyaban en el cristal mirando los maravillosos regalos que anhelaban. Yo también me paré en un escaparate. Era la tienda favorita de los chicos. Había una guitarra acústica muy bonita apoyada en su funda. Sin pensarlo dos veces entré en la tienda y me dirigí al mostrador. 
Louise: perdone señorita, ¿cuánto cuesta la guitarra acústica que tienen en el escaparate? 
X: - miró la lista de instrumentos y luego me miro a mi - son 200€ 
Louise: - pensé si podía permitirme gastar esa cantidad de dinero en el regalo de mi hermano -... Vale, pues me la llevo 
La dependienta cogió la guitarra, la guardo en la funda y me la entregó. Pagué y salí de la tienda. Bien, sólo faltaban... Demasiado regalos. Me paré un momento y me senté en un banco y cerré los ojos. ¿Cómo iba a encontrar el regalo perfecto para cada uno? Pasé la mañana entera comprando. ¡Ya tenía el regalo perfecto para todos! Volví a casa agotada. Julia y Javi estaban sentadas en un sofá hablando y riendo. 
Louise: ¡hola! ¡Ya he vuelto! 
Javi: ¿ya tienes todos lo regalos? 
Louise: ¡SÍ! - Subí corriendo a mi habitación y dejé las bolsas en la cama, volví abajo corriendo, me quite el abrigo y la bufanda y me senté en el sofá que estaba enfrente de ellas -todos comprados - sonreí 
Julia: ¡ahora tendremos que comprar adornos! 
Javi: ¡sí! Vi una tienda que tenía de todo - los ojos le brillaban con emoción 
Louise: perfecto, iremos mañana 
Javi: oye... Se me acaba de ocurrir una idea... 
Julia: dinos 
Javi: cada una va a pasar ese día en un sitio diferente, pero todas a solas con nuestros novios, y si... 
Louise: ¿y si...? 
Javi: ¿y si nos reunimos los seis aquí? 
Miré a Julia y luego a Javi. Sonreí. 
Louise: ¡claro que sí!

-Narra Julia-
Seguíamos sentadas. Louise había preparado té.
La idea de pasar la Nochebuena juntas no era mala. Ninguna de las dos conocía a mi actual novio. Después de salir con Jakob, mi primer novio oficial, todo había ido de mal en peor. Os contaré la historia: había conocido a Jakob en el cine. El mismo día que nos conocimos nos dimos cuenta de que teníamos muchos gustos comunes. Me había enamorado de él inmediatamente, a mis ojos era el chico ideal, pero mis amigas decían que no confiase en él. Después de varios días empezamos a vernos más a menudo y a salir. Éramos como almas gemelas. Pasábamos día y noche juntos. Confié tanto en él que dejé que me convirtiese en mujer, ya me entendeis, y ahí fue lo mejor de nuestra relación; pero desde ese momento Jakob se volvió mucho más violento, en ese momento todo empeoró. Me gritaba y obligaba a hacer cosas que no quería, pero aún así yo le seguía amando. Llegó un momento en el que me pegó y me dejó tirada en mi casa. Después de eso rompimos, o por lo menos no nos vimos más. Tenía el corazón roto y estaba completamente destrozada. Cambié completamente y salí con todos los chicos que podía, uno tras otro sin parar, todas las noches con alguien diferente. No fui feliz de verdad hasta que encontré a Joseph, mi actual novio, un chico francés de ojos verdes y pelo negro, muy dulce y trabajador, un caballero. Cuidó de mi cuando necesitaba ayuda. Eso es lo que más me había enamorado de él.
Louise: ¿en que piensas Julia? Estás muy concentrada - se rió y ambas me miraron intrigada
Julia: nada chicas, solo... en Joseph
Javi: háblanos de él - se acercaron a mi
Julia: es francés, tiene el pelo negro azabache y los ojos verdes. Estudia comunicaciones en la universidad y... no sé, es muy dulce y me cuida mucho - sonreí como una tonta
Louise: que tierno - sonrió
Pasamos el resto de la tarde hablando y haciendo lo típico de chicas.

-Narra Paul-
Desde que mi madre había muerto la Navidad en nuestra casa era algo triste, ella era la que llenaba de alegría esta época. A pesar de las quejas de mi padre, Mike y yo habíamos puesto los adornos y arreglado un poco la casa.
Era un lunes y ese día no teníamos que actuar, así que decidí salir a pasear por Liverpool. Cogí mi bufanda azul y mi abrigo, me coloqué un poco el pelo y salí a la calle. El frío de la ciudad me golpeó la cara. Saqué la cajetilla de cigarros y comprobé que estaba vacía. Maldeci en voz baja y busqué la tienda más cercana. Entre y compre dos cajetillas más, al salir cogí un cigarrillo y lo encendí. Le di dos caladas y caminé un poco a sabe dios donde.
Casi todas las tiendas estaban decoradas con pequeñas lucecitas parpadeantes, todas llamaban la atención. Había comprado todos los regalos, todos menos uno... El de Karo era el que más me iba a costar elegir. Tenía que ser algo que dijera "somos amigos pero siento que también somos algo más, porque tus ojos y los míos conectan cuando nos miramos y nuestros corazones laten a un mismo ritmo, tu sonrisa me dice que lo que digo te llega al corazón y..." creo que ese regalo decía demasiado... Simplemente sería un collar... ¡Sí, eso! ¡Un collar! Un collar con su nombre... O un collar que pusiera algo bonito... O un collar con un corazón; no, eso era demasiado romántico.
Después de comprar el collar, una carena de oro con su nombre, fui a comprar algo de comer.
Cuando pasaba por delante de casa de John salía él de allí acompañado de Cynthia. Mire para ellos y me reí.
John: ¿Macca?
Paul: ¡Hola chicos! Os veo muy... Eh... ¿Juntos?
John: inteligente Paul, muy inteligente tu respuesta
Paul: - me volví a reír - hola Cynthia
Cynthia:  hola Paul - cogió la mano de John y sonrió tímidamente
Paul: ¿no está Mimi?
John: no, está de compras
Paul: ¡genial!
Mimi no aceptaba que John saliese con ninguna chica, ella creía que todas las chicas eran poco para su Johnny; por eso Cynthia y él tenían que verse a escondidas.

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